Molino de Viento
A las afueras del pueblo, se halla este antiguo molino de viento utilizado por los monjes del Convento Franciscano en el siglo XVI y XVII. No debe extrañarnos su existencia ya que los habitantes de estas llanuras eminentemente agrícolas los usaban para moler el grano que necesitaban, ante la escasez de recursos fluviales. Así, se ubicaban en pequeñas elevaciones del terreno que permitían aprovechar el aire.
En la provincia de Valladolid hay documentados 19 molinos de vientos. De estos, sólo quedan los restos de 11, quizás porque se hicieron de materiales más robustos. En Tierra de Campos, y particularmente, la franja comprendida entre los ríos Valderaduey y el Sequillo, su afluente, es la que ha deparado mayor número de ellos.
Los molinos son uno de los más genuinos representantes de la arquitectura tradicional. Afortunadamente este molino se encuentra restaurado y dispone de unas maravillosas vistas al paisaje terracampino. En su interior se encuentran las huellas del colector o harinal donde caía el producto elaborado, y en la planta superior, una maqueta que reproduce el mecanismo utilizado. Tenían tres plantas:
• Planta superior o moledero
• Planta media o camareta
• Planta baja o silo
El movimiento giratorio de las aspas se transmitía a un eje que permitía el movimiento de dos grandes piedras de moler (las muelas), que se hallaban situadas en la planta superior. El trigo, o el tipo de cereal que se quisiera moler, se ponía entre esas dos piedras (se echaba por un conducto que comunicaba con ese espacio entre las muelas) y, al girar una sobre otra, lo trituraban, transformándolo en harina. Esa harina iba cayendo por un hueco (una tolva) hacia abajo y se recogía en sacos de esparto. En la camareta (planta mediana) era donde se filtraba la harina (para eliminar las cascarillas de los granos).
Puedes realizar un tour virtual gracias a este vídeo 360º realizado por el grupo de investigación de Arte Patrimonial de la Universidad Europea Miguel de Cervantes.