Barrio del Castillo con las casas cueva
En Aguilar de Campos (Valladolid), se encuentra el conjunto más extenso y único de casas cueva con identidad propia de Tierra de Campos.
Es difícil datar su construcción, pero uno de los factores causales más importante a tener en cuenta en su origen es la ausencia de material de construcción que conllevan, y que facilitan la accesibilidad a una vivienda en situación de precariedad económica.
Se organizan en 4 niveles o terrazas, remontando la pendiente del barrio del castillo:
En el Nivel 1 están las casas cueva situadas en la parte superior del cerro, excavadas en la misma base del muro del antiguo castillo. Cota 785 metros. Son las más visibles de todo el barrio. Se corresponde con la calle del Castillo Alto.
De las 10 casas que forman el conjunto, 6 están en buen estado de conservación utilizándose como peñas, merenderos y dos como viviendas.
En el Nivel 2 están las casas cueva que dan a la calle Cristina, un total de 6 cuevas. Cota 775 metros. Todas ellas presentan construcciones anexas (cocina, sala de estar o baño) y un patio interior que aporta luminosidad.
Dos ya han desaparecido, se han convertido en solares y una en ruinas. Tres se encuentran en buen estado de conservación.
En el Nivel 3 están las casas cueva que dan a la Calle San Luis. Cota 770 metros. Eran 9 cuevas, en buen estado quedan 6, el resto se han ido derrumbando, cuatro de ellas son viviendas y dos peñas.
En Nivel 4 apenas quedan los restos de las 6 antiguas casas cueva, que ocupaban la parte inferior del cerro. Junto a otras razones, la escasa pendiente del terreno en esta zona y en consecuencia el poco espesor de tierra por encima del terreno (“poco cielo”) pudo favorecer su hundimiento.
Actualmente se corresponde con la calle del Castillo que ha adoptado ya un aspecto urbano con firme pavimentado y viviendas nuevas.
Características de las casas cueva
Son espacios acogedores con similar temperatura durante todo el año. Construcciones sin aristas y con acabado de cal. Tienen planta en forma de “cruz” con tres habitaciones dispuestas en la fachada: portal en el centro, cocina a la izquierda y 1 habitación o despensa a la derecha. A partir de este modelo la vivienda podía crecer con estancias al fondo desde las precedentes, adecuándose a las necesidades familiares de cada momento, generalmente dos habitaciones más al fondo de la cocina y el portal. El portal era el espacio de relación de la casa, en él se realizaban tareas domésticas cuando el tiempo no permitía hacerlo en la calle. La cocina era el lugar más caliente de la casa con chimenea, donde se pasaban gran parte del día. Las habitaciones interiores con menor luz, se destinaban para dormitorios (separadas por cortinas). El mobiliario era sencillo y es frecuente encontrar tallados en las paredes alacenas, armarios para fines diversos y “poyos” para sentarse.
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Con el paso del tiempo algunas de estas casas mejoraron sus condiciones de habitabilidad, construyendo anexos exteriores (cocinas de invierno, salas de estar o baños) y patios pequeños. Esto las permitió disponer de agua corriente, electricidad, sistema de calefacción tradicional castellano tipo “gloria”, y red de saneamiento. Estos anexos hacen que la vivienda desde el exterior no se perciba como cueva. Pero su presencia excavada en la tierra se puede ver desde arriba.
Las casas-cueva forman parte del entorno de protección del Bien de Interés Cultural regulado en el Acuerdo 37/2009, de 2 de abril, de la Junta de Castilla y León.
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